Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 6 de noviembre de 1855
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: nº 237, 7.920 a 7.923
Tema: Continúa la discusión del dictamen sobre el proyecto de ley del Ferrocarril del Norte

El Sr. SAGASTA: Señores, la cuestión a que ha dado lugar la enmienda presentada por varios señores Diputados, y que ha modificado el art. 4º. del proyecto, es la más importante que puede haberse presentado aquí, porque ella es la que resuelve la dirección del ferrocarril del Norte. Once años hace que se anda trabajando para llevar a cabo esta obra; sin embargo, en los once años la cuestión de Ávila y Segovia ha presentado una muralla insuperable. Ya manifesté aquí ayer los estudios que se habían hecho; ya dije que no ha habido una línea más estudiada, y que jamás para elegir entre dos líneas posibles ha habido estudios más concienzudos ni opiniones más unánimes que en la cuestión de Ávila y Segovia. Si resolvemos esta cuestión hoy, Sres. Diputados, habremos resuelto un gran problema y habremos contribuido a unir de una vez para siempre a Castilla la Vieja con Castilla la Nueva. Si después de los estudios y de los informes que manifesté ayer no resolvemos nada, estén seguros los señores Diputados, que la cuestión entre Ávila y Segovia duraría hasta el siglo que viene. [7.920]

Y esto es fácil de comprender, Sres. Diputados. La ciencia ha resuelto terminantemente, como ayer manifesté yo, como hoy ha manifestado el Sr. Ministro de Fomento, y no ha resuelto una sola vez; la ciencia ha resuelto siempre lo mismo, siempre, la preferencia de la línea de Ávila a la línea de Segovia. Mas ya no se trata de Segovia, como dice el Sr. Avecilla; la ciencia ha resuelto que el trayecto por Ávila es el más conveniente de todos los que se presentan para ir de Castilla la Nueva a Castilla la Vieja. Y si esto ha resuelto la ciencia en tres épocas distintas, ¿qué es lo que vamos a esperar de otro nuevo estudio, Sres. Diputados? Figuraos por un momento que la ciencia o que esa nueva Comisión resuelve que vaya por Segovia; yo quiero conceder todo eso: ¿podrá el Gobierno resolver, podrán las Cortes resolver esta cuestión por lo que diga esta nueva Comisión? No; porque si esta Comisión decide que la línea más conveniente es la de Segovia, hay tres más numerosas que han decidido lo contrario, que vaya por Ávila. ¿Y qué procederá de aquí? Lo que procede es muy fácil de adivinar: que Ávila reclamará será preciso atenderla, porque ante tres decisiones favorables a Ávila y una adversa, no habrá más remedio sino volver a hacer otros nuevos estudios por Ávila y Segovia, y volveríamos a entrar en ese caos el cual no hemos de salir jamás. En una palabra, la cuestión de que tratamos hoy es el nudo gordiano que hemos de desatar si la línea del Norte se ha de llevar a cabo. Resolvámoslo, pues.

Pero dice el Sr. Avecilla: " Señores Diputados, que atacáis las prerrogativas del Gobierno, porque ayer le fijasteis un punto y hoy le fijáis otro." No, Sr. Avecilla; nosotros no fijamos punto ninguno; nosotros venimos aquí a resolver una cuestión que está en duda, porque tenemos datos y antecedentes sobrados para resolverla. Hay más todavía: la Comisión no ha resuelto nada; la Comisión no ha hecho más que admitir esa enmienda, modificando el artículo para que las Cortes lo aprueben o desaprueben.

Y todavía hay más: antes de admitirla la Comisión la ha admitido el Gobierno, y a mi juicio ha hecho muy bien; no hubiera cumplido con su deber si no la hubiese admitido, porque el Gobierno tiene datos suficientes y sobrados, y no hay necesidad de tan prolijos estudios para resolver una cuestión como esta. Tengan entendido las Cortes que la dirección de un camino, lo mismo que la de un ferrocarril; en una o en otra forma, consiste solo, o mejor dicho, para la elección de una u otra dirección basta la mayor parte de las veces un ligero reconocimiento, otras un tanteo, y siempre un anteproyecto, y aquí hay proyectos concluidos, hay proyectos completamente concluidos por Segovia y por Ávila; y si ahora hay una Comisión de ingenieros estudiando esos proyectos, no es para lo que dice S.S., que eso no podía ser, que eso estaba ya resuelto por la ciencia; a lo que han ido esos ingenieros ha sido a recoger unos datos que faltaban para llenar los proyectos definitivos, según se marca en la ley general de ferrocarriles. Más todavía: han ido a perfeccionar los trabajos que la última Comisión de ingenieros, que fijó el trazado de Ávila, exigía. Porque ha de tener entendido S.S. una cosa: el trazado por Ávila estaba luchando con una desventaja atroz con el trazado de Segovia, porque al de Ávila se puso la condición de que había de irse sin túnel ninguno; se impuso una condición que no puede imponerse a ninguna línea, porque se prohibía adoptar una obra importante que quizá traiga mejoras considerables en ese trazado, que las traerá de seguro.

Pues bien; al decidirse la Comisión por Ávila, decía que debían perfeccionarse esos estudios, reemplazándose las grandes brechas por pequeños túneles que son mucho más baratos, más fáciles de hacer, y exigen menos tiempo: hablo de los pequeños túneles; no los confundamos con los túneles de gran consideración. El Gobierno, cumpliendo en esta parte con su deber, nombró una Comisión que completara o perfeccionara esos estudios y que recogiera además los datos que al Gobierno se le exigen según la ley general de ferrocarriles. Pero en este estado de cosas, Segovia reclama y dice: perfecciónese también este trazado; y el Gobierno, que entonces no iba a decidir la cuestión, que vio que había tiempo, quiso complacer a los de Segovia diciendo: pues vaya otra Comisión a Segovia. Esta es la historia; no han ido a decidir, no podían decidir, porque ya estaba decidido. Ninguno de los estudios que ahora tienen que hacer, ninguno de los datos que vayan a recoger han de iluminar la cuestión más de lo que ahora está.

Pero el Sr. Avecilla, al manifestar hoy lo que había dicho ayer respecto a que en el momento que las Cortes admitiesen la enmienda o el artículo en que se previene que el ferrocarril pase por Medina del Campo, ya estaba la cuestión de Ávila prejuzgada, y que el Gobierno debía retirar la Comisión que estaba ocupada en esos estudios, decía: " Ahora estoy en un terreno más despejado; ya no hablo como Diputado segoviano, sino como Diputado español, y no quiero que se decida la cuestión de Segovia a Ávila; no es esa la cuestión, sino que se acoja el mejor trazado por el paso de la cordillera." Pues bien, Sr. Avecilla; todos los trazados se han estudiado por esa cordillera, y todos han sido desechados: únicamente el de Segovia se sigue estudiando por las infinitas reclamaciones que ha venido haciendo esa provincia, es decir, tantas reclamaciones como veces la ciencia ha decidido que vaya por Ávila; y si hemos de continuar así, es evidente que es una cuestión de la que no vamos a salir jamás.

También S.S. ha padecido una equivocación culpando al Gobierno de la mala suerte que ha cabido al trazado de Segovia, suponiendo que el Gobierno ha gastado 40.000 duros en el trazado de Ávila y manifestando que el de Segovia no ha costado nada. Eso es inexacto, Sr. Avecilla. Cuando se nombró la Comisión que hizo los estudios; cuando se nombraron los ingenieros que hicieron el primer proyecto (si así puede decirse, porque hasta entonces no había más que reconocimientos), se encargó al mayor número de ingenieros que hiciesen el proyecto por Segovia, y a uno sólo se eligió, a uno sólo, Sres. Diputados, para que lo hiciese por Ávila. ¡Y se viene diciendo que el Gobierno ha gastado 40.000 duros en un trazado y en otro nada! ¿Por dónde? Pues qué, ¿no gastó nada la Comisión en el trazado por Segovia? Naturalmente gastó más, puesto que era mayor el número de ingenieros que componían aquella sección de la Comisión, y porque gastaron más tiempo que la Comisión para la línea de Ávila.

Pero es verdad que nada tiene de particular que el Sr. Avecilla se equivoque en esto, cuando ahora mismo acaba de decir que la provincia de Segovia había abonado su dinero para comprar instrumentos a los ingenieros, Sr. Avecilla, eso es inexacto: lo mismo los instrumentos que los demás gastos de la Comisión, se están pa- [7.921] gando de las consignaciones del Estado. (El Sr. Avecilla: Veinticinco mil reales acaba de dar ahora) Dará 25.000 duros si el Estado se los pide, si esa es la consignación de la provincia; pero no es consignación especial para este trabajo, sino que es consignación del Gobierno. La provincia de Segovia no ha podido ni debido pagar nada; y el Gobierno ha empleado, si no más, por lo menos igual cantidad en el trazado por Ávila que el trazado por Segovia, y la Comisión de ingenieros ha estudiado los proyectos tan detenidamente por una parte como por otra, y por otras direcciones que ha sido preciso para ver si era posible el paso por esa gran cordillera.

Que la Comisión, dice, ha resuelto con datos aproximados. No, Sr. Avecilla; la Comisión ha resuelto con datos fijos. No ha tenido datos aproximados mas que aquellos que no es posible desde luego fijar, cuáles son los datos estadísticos; éstos es imposible fijarlos antes de hacer una ley, porque no puede fijarse más que lo existente; no se puede fijar lo que ha de venir a consecuencia de hacer el ferrocarril, porque el comercio, el tráfico que se haya de desarrollar no es fácil saberlo, y estos son los únicos datos aproximados que en este asunto ha tenido presentes la Comisión.

Pero ya que se habla de datos estadísticos, también los tenemos aquí, Sr. Avecilla, y resuelven la cuestión completísimamente a favor del trazado por Ávila.

Aquí tengo dos estados, uno del número de almas, caseríos, riqueza imponible, etc., de pueblos de cerca de 300 vecinos que están situados al radio de cinco leguas del trazado de Guadarrama a Segovia a la derecha partiendo de Madrid, y resulta de este estado, cuya certeza no podrá negar el Sr. Avecilla, que no hay más que dos pueblos, uno Carbonero el Mayor, que quizá no haya aquí siquiera ningún Diputado que lo haya oído nombrar, y otro Fuente Pelayo; entre estos dos pueblos componen un total de almas de 3.442; tienen 840 casas y una riqueza imponible de 727.547 reales.

Pues véase lo que sucede respecto a la línea de Ávila. Hay diez pueblos en estas mismas circunstancias, que componen entre todos 25.425 almas; es decir, nueve veces mayor que por Segovia; tienen 6.110 casas, y una riqueza imponible de 10.597.496 rs. Compare la Asamblea esto con los datos que arroja Segovia.

Pero yo debo decir más todavía: solo cuatro pueblos colocados alrededor de Medina del Campo, que son La Nava, Rueda, Alaejos y La Seca, que no dista ninguno más que legua y media de Medina del Campo, pagan más contribuciones que Segovia; y aquí ven los Sres. Diputados cómo la ciencia por un lado, y los datos estadísticos por otro, resuelven la cuestión definitivamente.

Pero hay más: la tiene también resuelta el país, porque la provincia de Zamora, la de Ávila, la de Salamanca y Valladolid han venido no solo pidiendo al Gobierno por la línea de Ávila, sino ofreciendo cantidades que no darían en el caso de ir la línea por Segovia. Aquí tenemos, pues, la ciencia, los datos estadísticos, el país, todos claman a voz en grito a favor de Ávila. ¿Y todavía se quieren más datos? Pero nos dice el Sr. Avecilla: los estudios están haciendo ahora por orden del Gobierno, y yo tengo noticia de que ahora mismo, a los primeros momentos de empezar los ingenieros sus trabajos, ha desaparecido ese viaducto del Madero; viaducto, señores, que sea dicho de paso, no tiene igual ni en Francia ni en Inglaterra, y eso que allí hay muchos y muy considerables. ¿Por dónde sabe S.S. que ha desaparecido? No hay ninguna prueba ni dato oficial que lo diga, y la cosa era de tanta importancia, que bien merecía hubiesen dado los ingenieros cuenta al Gobierno inmediatamente que hicieran tan feliz hallazgo; el Gobierno no tiene noticia de semejante cosa; luego no hay nada de eso, que repito sería de una importancia inmensa en el trazado de Segovia.

Pero yo me atrevo a asegurar desde luego una cosa al Sr. Avecilla, y es, que por más que perfeccionen sus trabajos los ingenieros en el trazado por Segovia, no cabe mejoría absoluta, porque si se mejora la explotación, tiene que ser a expensas de la construcción, y no hay remedio, si se mejora la construcción, se empeora la explotación. ¿Y por qué? Porque el paso por Guadarrama no da bastante desarrollo al trayecto para salvar la cordillera; es necesario horadarla, hacer túneles, mejorar la construcción haciendo muchos túneles de gran profundidad, y entonces se empeora la explotación. ¿ Se quiere disminuir la profundidad de los túneles? Pues entonces tienen que ser mayores las curvas, las pendientes más rápidas, y he aquí empeorada la construcción; y cuidado que es difícil empeorarla más, porque hoy hay ya infinitas curvas de pequeño radio y pendientes excesivas que llegan al 1½ por 100.

De suerte que no puede mejorarse, como he dicho, la construcción por el trazado por Segovia sino a expensas de la explotación, y al contrario, mientras que el trazado por Ávila puede mejorarse lo mismo en explotación que en construcción, porque con la desventaja que tenía este trazado, único a quien se impuso la condición de pasar la cordillera sin túnel, hubo necesidad de abrir grandes brechas, brechas que se evitan con mucha economía por medio de pequeños túneles, y con éstos las pendientes se suavizan, se hacen mejoras, las curvas se disminuyen y las obras se hacen más fáciles. Por manera que en el estado actual del trazado, lo mismo en condiciones económicas que facultativas, la cuestión está decidida en favor de Ávila; pero en el caso de mejorarse los estudios, hay la diferencia de que los de Segovia no pueden mejorarse y los de Ávila sí.

Tampoco es exacta la idea de que con el túnel de Guadarrama se acorten ocho leguas: en esto padece su señoría una gravísima equivocación. En el trazado de Guadarrama, tal como se halla, no hay más diferencia que cuatro leguas y cuarto; pero esta no es cuestión de longitud, sino de tiempo, y los cuarenta minutos que representan esa mayor distancia llegarían quizá a compensarse por la menor velocidad que las máquinas tienen que tomar al paso de las pequeñas curvas, que son numerosas en el trazado de Segovia y muy pocas en el trazado de Ávila. Pero todavía debo añadir que el trazado de Ávila es dable que se perfeccione en términos que desaparezcan esas cuatro leguas de diferencia; y aunque así no fuese, repito que el trazado de Ávila sería preferible, porque aunque el de Segovia tuviese menos longitud, siempre tendrá el inconveniente de presentar una porción de curvas. Pero esta cuestión de longitud no hay necesidad de tocarla, porque una vez resuelto que la línea vaya por Medina del Campo, ya el trazado por Segovia es más largo. Sin embargo he querido hacer esta observación para qua vea S.S. que la diferencia no es de ocho leguas, sino de cuatro, y que esta diferencia puede llegar hasta compensarse por la menor velocidad que hay que tomar en las curvas. [7.922]

Queda, pues, demostrado palmariamente que el trazado por Ávila es más conveniente que el de Segovia; que tenemos sobrados datos para resolver con acierto la cuestión, y que debemos resolverla sino queremos que esta cuestión se haga interminable y el ferrocarril del Norte se haga el siglo que viene, o no se haga nunca, porque es seguro que no se hará. Si, pues, de la solución de esta cuestión pende la realización de esa grande obra; si de que esa competencia desaparezca depende que Castilla la Vieja se una con Castilla la Nueva, resolvedla, no esperéis más datos, y estad seguros que al dar vuestro voto a favor del artículo modificado con la enmienda habéis resuelto la gran cuestión de la línea del Norte y la realización de tan importante obra.



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